Si bien la maternidad en Chile es segura, y los niveles de mortalidad materna son los más bajos de Latinoamérica alcanzando hace años ya cifras similares a la de los países desarrollados (en los últimos años en Chile en promedio fallecen 16 embarazadas de cada 100 mil nacidos vivos, que en número es alrededor de 40 mujeres por año), aún existe una deuda. La deuda es la de disminuir las tasas de cesáreas en el país, ya que existe suficiente evidencia en el mundo como para decir que los indicadores de salud materna y perinatal no mejoran mientras mayor el número de cesáreas, de hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda más allá del 10 al 15% del total de partos por esa vía.
En los años 90’ el país tenía una tasa del 29%, pero en la actualidad esa tasa ha alcanzado niveles cercanos al 43%, posicionando a Chile como uno de los países con más altos índices de cesáreas. Sin embargo se observa una gran diferencia de porcentajes (el doble) entre el sector publico y el privado, en una proporción aproximada de 30%-60%. En la actualidad más de la mitad de las cesáreas se justifican producto de una cesárea anterior, un tremendo circulo vicioso del cual estamos siendo testigos. Aumentan las cesáreas y en embarazos futuros aumentan los riesgos, y las posibilidades nuevamente de terminar en cesárea.
En la actualidad es muy frecuente escuchar a las mujeres decir que cuando estén embarazadas y llegue el momento optaran por un parto vía cesárea. Esto en el sector privado, ya que en el sector público la mujer no opta, el equipo de salud hace lo que considera más beneficioso basado en la evidencia disponible. En lo personal respeto las libertades individuales y la toma de decisiones informadas, el problema es que las mujeres que en el sector privado optan por una cesárea no están tomando la decisión con toda la información sobre la mesa. Y es ahí donde los profesionales de la Salud tenemos que hacer nuestro mea culpa y cuestionarnos ¿Qué clase de información y educación están recibiendo nuestras embarazadas?. Somos nosotros la primera fuente de la información cuando ellas van a los controles? ó ¿Simplemente le dejamos esa misión a Internet, la TV, lo que dice la tía, la abuelita etc.?